Situaciones de crisis en la infancia.
A medida que los niños se van desarrollando, van interactuando en un contexto social donde situaciones y sucesos desagradables son percibidos por ellos. En este momento tienen que saber regular sus emociones a través de las representaciones que han ido aportando a sus esquemas cognitivos, y así resolverán conflictos cognitivos y esto les facilitará los juicios morales decisivos.
Desplegaré una base de ideas que justifican que relevancia tienen estos acontecimientos en el desarrollo del niño y veremos como la interacción con los padres es fundamental en el aprendizaje de socialización, emoción y moralidad del niño.
El vínculo afectivo, es uno de estos factores el cual acontece de una intervención necesaria y fundamental para cualquier etapa de la vida para la construcción de la identidad, la socialización y el equilibrio moral. Cuando este vínculo está bien establecido se manifiesta en conductas adaptativas. Bowlby (1969) da importancia a la necesidad de sentimiento de seguridad en el vinculo afectivo, ya que al nacer necesita la proximidad de la madre para su seguridad y en la etapa pre-operacional (2-7 años), necesitará de este vínculo seguro para su autonomía e independencia. También Spitz (1965), menciona la necesidad del niño de una relación de afecto y ternura. La importancia de la retroalimentación en la interacción entre madre-hijo (bucle autopoiético) y el clima afectivo, son primordiales para entender una correcta socialización del niño. La perspectiva sistemática nos indica que la relación entre dos organismos madre-hijo es el caso típico de un acoplamiento de orden social (Maturana y Varela 1983).
A medida que el niño se desarrolla, dispone de una construcción mental que según a que edad y situación no percibe aún la globalidad real de esta y se crea una perturbación emocional donde el adulto le ayudará a gestionar sus emociones para su mejor comprensión y esta se dará a través de las herramientas de la comunicación y el lenguaje, unos factores también decisivos para el desarrollo. En este paso es necesario la existencia de un buen clima afectivo, el cual será relevante para que se de un correcto desarrollo comunicativo.
En los inicios del lenguaje entra en una comprensión lingüística y en una socialización llena de valores, normas sociales y sistema de significados. Los niños en este proceso de socialización extraen valores, moralidad, significados culturales y maneras de comportarse. A medida que el niño crece, la interacción con el adulto es un modelaje el cual le facilitará la percepción y comprensión en la adquisición del conocimiento del mundo emocional y en la comprensión de las emociones.
Los impactos emocionales son imprescindibles para despertar sus emociones y moralidad.En la regulación y equilibración de estos las referencias sociales y la entonación emocional le servirán de ayuda. También es necesario que el niño disponga de un razonamiento moral para poder establecer juicios decisivos, ya que este es un proceso cognitivo para resolver dilemas morales, valores, jerarquizarlos y tomar decisiones en consecuencia en las interacciones sociales..
Como hemos visto hasta ahora, padres o tutores como agentes morales son los encargados de conducir a los niños a una buena relación interpersonal, y a una buena educación emocional para favorecer actitudes positivas, habilidades sociales y empatía para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones. Es importante estructurar su vida cotidiana como una forma de narración, ayudarlos a comprender su curiosidad, interesarse por sus dudas y responder a sus preguntas, transmitiendo en la socialización significados de cultura de los cuales ellos crearan marcos interpretativos coherentes. La autorregulación de emociones les servirá para poder gestionar sus emociones y conductas a lo largo de su vida y desarrollo.